Yo se los he contado a mis sobrinas ya que es de los pocos que me se de memoria, una verdadera joya.
Le escribí al autor para obtener su permiso para colgar aquí la historia, pero no he obtenido respuesta, si el me pide que lo retire lo haré. Por el momento solo dejo la historia de Perseguir un sueño y posteriormente (espero no tardarme), subiré una entrada del autor y su obra, que es la mar de interesante. Las imágenes que ilustran la entrada no pertenecen al cuento. No acostumbro calificar las lecturas que hago, pero si la recomiendo, y para disfrutarla mejor, léanla en voz alta... Yo lo hice.
Perseguir un sueño
Cuentan los que cuentan cuentos que hace más que mucho tiempo hubo, a este lado de los sueños, un príncipe encantado llamado Sarleff el errante. Fue Korockandell, el brujo negro, quien sin motivo –pues los seres realmente malvados no necesitan motivos para hacer el mal– se presentó en la corte donde el noble príncipe Sarleff aprendía el difícil arte de ser soberano. Allí, el hechicero enarboló su cayado de madera oscura y maldijo al príncipe por el mero placer de hacerlo: le condenó a no dejar de vagar nunca por el mundo hasta que encontrara a su verdadero y único amor, prohibiéndole detenerse más de un día en un mismo lugar y dormir dos veces bajo un mismo techo; Sarleff no debía parar en su búsqueda hasta que encontrara a la única mujer del mundo que estaba destina a él como él estaba destinado a ella, pues el amor de los hombres, como el camino de las estrellas, está escrito en los cielos.
Y el
príncipe ensilló su mejor caballo, vistió sus mejores galas y se puso en marcha
pensando: “Extraña maldición es ésta que me condena a buscar la mejor
recompensa que anhelar pudiera”.